¿Tienes lo que hay que tener para elaborar vino?

Vamos a elaborar vino. Y para ello necesitamos, además de uvas y levaduras, herramientas.  Si estás en Enozentrum, podrás ver las máquinas que se utilizaban antaño y, si subes la mirada a la pantalla que hay sobre ellas, las mismas herramientas en la actualidad. Si no lo estás, sigue leyendo…

Y vente conmigo a la bodega. Vamos a ver si las herramientas que necesitamos caben en la despensa o en el garaje de tu casa.

Saca un papel y un lápiz o las notas del móvil y apunta. Necesitas:

  • Una despalilladora estrujadora
  • Una prensa
  • Depósitos
  • Filtros
  • Una embotelladora

Como mínimo y centrándonos en lo más fundamental. “¿No podría prescindir de algo? Mi garaje no es muy grande y mi despensa da risa”.

Bueno, vamos a ver. Repasemos las opciones.

La despalilladora estrujadora nos sirve para separar los granos de uvas del raspón, la parte verde donde se sostienen. Podríamos hacerlo a mano, pero las uvas terminarían por fermentar sin siquiera haber llegado al depósito porque tardaríamos demasiado tiempo. También podríamos no hacerlo. Elaborar el vino con el raspón. Hay quien lo hace. Pero por supuesto no para ahorrar espacio, sino para que el raspón de unas determinadas características al vino. Así que solo puedes prescindir de ella si te animas a hacer un vino de maceración carbónica.

Si con la despalilladora estrujadora separábamos los granos del raspón, con la prensa podemos separar las partes sólidas (piel y pepitas) de las líquidas (el mosto que se transformará en vino). Si lo que quieres es elaborar un vino tinto, podrías prescindir de ella, ya que la fermentación se realiza con piel y pepitas. No te hace falta separar las partes sólidas. Y cuando acaba, el mosto se separa de ellas por gravedad (porque lo sólido queda arriba y lo líquido abajo). A ver, si quieres tener más vino puedes estrujar los hollejos tras la fermentación para extraer el líquido que contienen y obtener el llamado vino de prensa. Aunque para hacerlo necesitarás una prensa… Pero si lo que quieres es elaborar un vino blanco… Ahí no tienes escapatoria. Porque, generalmente, los blancos se elaboran sin piel ni pepitas… Así que tienes que separar el mosto con una prensa. Pero ten en cuenta que según la presión que apliques obtendrás diferentes calidades de vino.

El siguiente elemento de la lista es imprescindible lo mires por donde lo mires: los depósitos. Necesitas, sí o sí, un recipiente donde meter el mosto, o la mezcla de mosto y hollejos según el caso, para la fermentación (bueno, en realidad, para la fermentación, para almacenaje…). Ten en cuenta que, durante la fermentación, tendrás que controlar la temperatura ya que, como te ocurre a ti, las levaduras no están cómodas en temperaturas extremas y dejarán de trabajar. Es decir, dejarán de transformar el azúcar en alcohol y no obtendrás vino. Apunta esto: es muy importante que ventiles el espacio donde elabores el vino. Las levaduras expulsan dióxido de carbono durante la fermentación que desplaza el oxígeno del aire. Algo bastante peligroso, como puedes imaginar… Así que ojito.

“¡Pues ya tenemos vino! Igual ya no necesitamos lo demás, ¿no?”

Bueno pues… Todo depende.

¿Quieres un vino que se vea limpio, sin suciedad? ¿O no te importa si está turbio? Si lo quieres limpio, lo mejor es que incluyas filtros entre tus herramientas, porque recién salido del proceso de fermentación, el vino tiene un aspecto turbio y poco agradable. Y con los filtros conseguimos un mejor aspecto. A veces es necesario intervenir con otros tratamientos como la clarificación, o los procesos de estabilización mediante frío, que permiten extraer por precipitación una serie de sales conocidas como “tártaros”, no deseadas en un producto de calidad y que al someter al vino a bajas temperaturas se cristalizan, sedimentan y pueden ser eliminadas con el movimiento del vino entre depósitos. Pero eso ya requiere de más espacio…

“¿Y qué me dices de la embotelladora? ¿No puedo embotellar a mano?”

Sí, claro que sí. Puedes embotellar a mano. Pero, de nuevo, depende, ¿cuántos litros quieres elaborar? ¿Son muchas o pocas botellas? Tienes que tener en cuenta que no solo se trata de poner el vino en la botella, sino que las botellas se encorchan, se les pone la etiqueta y contraetiqueta, se adornan con la cápsula y se introducen en cajas. Si es que se van a vender en cajas. Pero no solo eso, a la hora de embotellar es fundamental tener en cuenta el momento en que se hace, la temperatura ambiente, la reducción en la medida de lo posible de la cantidad de oxígeno que queda en la botella y su llenado con la cantidad justa para evitar deterioros en la conservación.

Así que, ya ves, herramientas se necesitan. Pero si todas o no, dependerá del volumen de producción y de la calidad que quieras obtener en tus vinos. Y de si te caben o no en la bajera o en la despensa.