Los habitantes del viñedo

¿De verdad creías que en un viñedo solo había plantas de vid? Si estás en Enozentrum, observa el panel que tienes delante y verás cómo en un viñedo las plantas de vid solo son una parte más del ecosistema. Si no lo estás, sigue leyendo…

Y acompáñame a dar un paseo por la viña. Debes estar atento/a, abrir bien ojos y oídos y hacer el menor ruido posible. ¿Vamos allá?

Vamos entrando, despacio, y lo primero que llama tu atención son las plantas de vid. Es normal, son las protagonistas. Y como tales se alzan en medio del espacio que observas. Pero sigamos avanzando, que no nos ciegue su esbeltez.

“Anda, pero, ¡si hay hierba entre las cepas!”. Oh, sí. Así es. No siempre se deja. Muchas veces se elimina. Pero si las características del viñedo lo permiten, mantener el suelo cubierto con hierba (técnicamente, “dejar cubiertas vegetales”) permite cuidarlo mejor y, además, da alimento y refugio a muchos otros seres vivos, como insectos o incluso otros más grandes, como liebres.

“Pero… ¿y qué interés tiene ofrecer alimento y refugio a los bichos? ¿No se trata de cuidar las plantas?” Por supuesto. Pero no olvides que un viñedo es un ecosistema. Y como tal se sostiene por las múltiples relaciones que hay entre los seres que lo habitan y que incluye que unos seres vivos se alimenten de otros. Comiéndoselos o parasitándolos.

Mira, agáchate con cuidado, no la vayas a asustar. ¿Ves a esa mariquita? Mírala, se está acercando a esa planta que tiene varios pulgones. ¡Ha cogido uno y se lo está comiendo! Mira cómo lo devora. Ese pulgón ya no podrá atacar a nuestras plantas de vid. ¿Ves ahora a lo que me refiero? Si no hubiera ningún otro ser vivo que controlase la población de pulgón, podría ser tan alta que resultara dañina para las plantas. Porque los pulgones chupan la sabia de las plantas y las debilitan.

Mientras continuamos nuestro paseo, ves algo entre las hojas de vid que llama tu atención, “¿parece un nido?”. ¡Sí! Es un nido de un pájaro. Las hojas lo protegen del sol y del ataque de otros seres vivos. La planta protege al pájaro, pero el pájaro también protege a la planta, ya que muchas aves se alimentan de insectos.

Y hay algunos insectos que usan los racimos de uva para criar. Fíjate en esta uva, ¿ves un agujerito en ella? Es el orificio de salida de la larva de una polilla que pone los huevos en las uvas. La conocemos como polilla de la vid. Y es un problema porque por ese agujero pueden entrar ahora hongos que terminen por pudrir los racimos.

Pero no, no sufras antes de tiempo. No des ya el racimo por perdido.

Porque los hongos no crecen en cualquier situación. Necesitan unas condiciones ambientales propicias para desarrollarse. Y una de las principales, como bien sabes, es la humedad. Si no hay humedad ambiental o si dejamos los racimos bien aireados, controlando la vegetación de su alrededor, para que se sequen más rápido si la hubiera, el hongo no tendrá nada que hacer.

Como puedes ver, nuestras actuaciones sobre el viñedo también condicionan la presencia de otros seres vivos, limitándola o favoreciéndola.

Podríamos seguir paseando y quizás viéramos plantas con síntomas de virosis. Sí, sí. A las plantas también les atacan los virus. Virus que, en el caso de la vid, son transmitidos por nematodos o por insectos. De la misma forma que los mosquitos pueden transmitir a las personas ciertas enfermedades al picarles. Y como nos pasa a los humanos al ser atacados por un virus, las plantas también se debilitan.

¿Ves ahora como en un viñedo no hay solo plantas de vid?

Te invito ahora a que salgamos de este viñedo imaginario y puedas acercarte al Enozentrum para conocer a más vecinos de las vides.  ¡O mejor! Acércate a un viñedo y descúbrelos en persona.

Pero recuerda entrar despacio y con todos tus sentidos alertas.